In
memoriam
En el silencio fósil
del fondo de la añoranza,
como barcos hundidos,
yacen aquellos
que quisimos fugazmente,
desdibujados,
desde hace tanto tiempo.
Periodista
Es,
de
la pudorosa verdad,
tenaz
voyeurista.
Atina,
quién
sabe cómo,
a
descubrir que hay un disfraz,
y
sorprende,
contumaz,
a la
sigilosa hipocresía.
Cuando
alcanza lucidez,
logra
despejar la bruma,
pérfida
nube que oculta
la
que se quiere secreta,
por
vergonzosa y obscena,
soez
desnudez del rey.
Día a día
Ritos
analgésicos
de
humor
de
vuelo de ocurrencias
de
sanación
para
abandonarme
a la
deriva del deseo
hacia
rumbos ignotos
que
revitalicen
que
den lugar
a
esa resurrección
de lo
que a diario
nos
mata la voluntad de poder
de
quienes dictan el mundo.
Becarios del imperio
Horneados en las pérfidas
academias del imperio,
desembarcan
como invasores
en las playas del lugar
donde nacieron.
Les cambiaron
el poco corazón con que se fueron.
Les instalaron
reflejos, zarpas y algoritmos.
Les sembraron versátiles codicias
y desbrujularon sus anémicas lealtades.
Así, quedaron listos
para devorar a sus pares
y regurgitarles la riqueza de sus lares
a sus perversos mentores.
Poemínimo
disléxico
Lo
único
que
poesía
era
poseía.
Arqueología facial
El aura del misterio en sus caras
semblantes cual novelas encriptadas
mucho viven hundidos en sí mismos.
Son rostros en cuyas geografías
se orean tantísimos pesares
de sus tan castigadas biografías.
Inspiración
Misterio,
escaso sazón,
otorgas linaje
a toda creación.
Animismo
Dios hermeneuta
Engendré aliento en las cosas.
Me arrepiento
de la perversión del azúcar.
La solidaridad del pan
me conmueve.
Respeto la severidad de los relojes,
y la lealtad de la tinta.
Esquizofrenia
no es
sino empatía.
Haikú
Paisajes muertos:
tierra encabronada
por tanta ofensa.
Calidoscopio
de ideas
Hormigueo intracraneal.
Logo maridajes.
Kandinsky neuronal.
Sinapsis incestuosas.
Poligamia de ocurrencias.
Aire
y viento
Cuando el aire es aire
escucha
está en todas partes,
enterándose de todo.
Cuando el aire es viento
habla,
dice en su idioma
de ráfagas, vértigos y soplos,
y no se detiene
hasta contarnos todo
lo que sabe.
Rayo
En el firmamento sosegado
irrumpe tronante
un latigazo de luz,
y el cielo y la tierra no atinan,
por un instante,
a ser lo que fueron
antes de eso.
Introspección
¿Quiénes soy quien soy?
¿Qué es eso que persigue salírseme de cauce?
¿Cuántas mujeres caben en mi corazón?
¿Cuántos conatos se marchitaran en mí?
¿Cuándo dejaran de aparecérseme esos
fantasmas?
¿Cómo se esculpió el rostro de mi voz?
¿A dónde se dirigen los pasos que me llevan?
¿Cuánta agua corre en mí, cuánta se estanca?
¿Qué clase de morada soy que aloja héroes y
cobardes?
¿Qué tanto seré mañana quién soy hoy?
¿Qué soy ese aliento que escribe estas
líneas?
Conquista
de mujer
Primero, el descubrimiento:
deslumbre
magnetismo.
Después, la hoguera:
Incineración
y apoteosis de los bríos.
Al final, la obsesión:
palpitar perenne,
dominio pleno
de ella en los adentros.
Leo
poesía
Mis ojos se llenan de palabras.
Corren las líneas
veloz tren interminable.
Entre tantas caudas
un verso me invade
que nadie sentirá igual.
Subrayo varias veces
Y cuando
ese código disperso,
converge,
descifra mucho
de mi más hondo ser.
Foto
Veo tu foto.
Pienso en lo que fuiste,
y lamento tanto,
haberte tenido tan poco.
Un
poema es
Un poema es
tan frágil,
tan rotundo.
No es de todos.
Sólo de quienes
le hallan sentido,
y lo hayan sentido.
Jardín
Eres un jardín
de secretos
y senderos de dicha,
que nadie ha visitado,
que nadie ha soñado,
tanto como yo.
Arqueólogo
Al principio
es la gran ilusión:
el Santo Grial del fragmento clave.
Al acecho de la huidiza huella,
escrutas conatos de vestigios,
y lacónicas muecas del pasado,
balbuceantes pistas que palpitan
en tus manos trémulas.
A veces,
la minucia descubierta
enciende el misterio,
activa la sospecha del origen,
de tan escasa materia.
Si hay suerte,
emergerán otros rastros
y hablarán y hablarán más historias,
caudas y destinos,
que empezaron con tan poco.
Vates
fariseos
¡Cuánta moneda falsa!
¡Cuántos remedos!
Villaurrutean,
Se octaviopacean,
crípticos y vacíos.
Prolíficos impúdicos,
perpetran líneas
como cables sin electricidad.
Dirían más si se callaran…
Microscopia del instante
Los instintos del instante
instantes de los instintos
son pedacerías de tiempo
de las ganas diminutas.
Como un Big Bang de la vida
todo ocurre en un momento
puede ser una tragedia
o una sutil comedia.
En un instante se vive
la dicha de ser besado
y con ese igual rasero
puede alguien perder la vida.
¡Ay, instantes, poco duran
y nunca nos damos cuenta
de que ellos son la medida
de nuestra breve existencia.
¿Dónde hay poesía?
¿Acaso hay poesía en la lluvia?
Sólo si en tus ojos tienes
el anhelo de indagar
el enigma de las gotas.
¿Acaso hay poesía en la noche?
sólo si sabe tu piel
de esa brisa de las sombras
y de esa frescura sin luz.
¿Acaso hay poesía en tu amada?
Sólo si tu vida explica
y tu corazón delira
las veces que ella se ausenta.
Venta nocturna
Cebados de antemano
de módica alegría
deambulan mareados
entre cosméticas nubes.
Recorren rutas de espejismos
y pérfidos escaparates
con los ojos ahítos
de flashes de marcas
y brujos avatares
que prometen suplantarlos.
Sutilmente poseídos
ignoran el vacío que les crece,
silencioso y tenaz,
al terminar de comprar.
Audiósfera herida
¿No oyen ese silencio atroz,
esos rumores como agujas?
¿No oyen ese rechinido tenue
de un país que se quiebra,
y de una bandera
que sangre gotea?
Nota roja íntima
Si escribiéramos la nota roja
de nuestras biografías:
¿cuántas infamias nuestras
tendrían primera plana?
¿Cuántos reportajes
de riñas de cantina
con quienes más nos aman?
¿Cuánta gente entrañable
aparecería como desaparecida?
Búsqueda enloquecida
Siempre buscándote.
En cada mujer,
en cada desdén.
Tras el disfraz
de la tentación
de ciertos modos de andar.
En el magnetismo de la carne
y más allá del deseo
en pos de un no sé qué.
Monogamia paradójica
Mujer:
no te amarán,
verdaderamente,
hasta que seas la sede
de las suficientes poligamias
de quien dice quererte.
A veces Hyde…
Sucede
muchas veces
que
se escapa mi inconciente.
Tararea.
Interrumpe
mi trabajo.
Sarcasmea.
Ofende
cercanos y lejanos.
Cosquillea.
Inaugura
simpatías.
Sus
muecas
sucitan
extrañamientos,
reproches
y
sorpresas.
Se
niega a regresar
a su
jaula de bien portado,
pero
lo hace.
Deja
un loco paisaje
después
de sus correrías,
Y
una sonrisa
que
ni el recuento de los daños
me
la quita.
La escuela indecible
Muchos no saben que no saben.
Les han hecho creer que saben.
Y se la creen.
Por eso piensan
que al escuchar a sus maestros
aprenden.
Pero cada vez crece más
esa nube en sus cabezas.
Cada vez más
los fastidian los textos:
les recuerdan
que la vida está en otra parte.
Pero siguen asistiendo,
como
manda,
al suplicio de su certificación.
Y muchos maestros fingen
que les importan,
pero les valen madres.
Y, así,
la escuela sigue,
la escuela va,
viento en popa.
Eros contra Tanatos
Sí, claro, el trance lúbrico,
los anhelados espasmos…
aunque más fuerte,
el frenético escape,
el galope de siempre,
para que no me alcance
la
muerte.