Poemático hermético autista # 1
¡Cruje,
inexorable bendición de nube!
¡Halla
el errabundo cobre que desmaya
sin
grises horizontes
tras
los refulgentes cerros!
¡Acaba
honestamente con el desnudo
profano
y distraído de un sonsonete!
¡Vuelve
a Milwaukee,
a
tus risas de cuencas sin ojos,
de
bosques de ecos y cazuelas!
Lo que es poesía
Es
lo inesperado,
lo
que no sabíamos
que
necesitábamos tanto.
Es
la repentina belleza,
la
brisa sutil,
embelesante,
que
a veces,
emana
de algunas cosas.
Es
el privilegio de estar ahí,
donde
sea,
y
sentir lo que nunca,
o
temblar como nunca,
conmovidos.
Es
ser testigo
de
la confesión del mundo,
del
afortunado descuido
con
que se revela algo,
o el
presentimiento cumplido
de
una profana epifanía.
Es
toda mujer
en
el relámpago
de
un parpadeo,
de
una sonrisa,
de
una lágrima.
Es
la sorpresa de encontrar
lo
que más importa
en
lo que menos importaba.
Es
el instante en que,
tan
poco,
se
hace tanto
y
para siempre.
Enigmas
¿Quiénes
soy lo que soy?
¿Cuántas
mujeres caben en mis ojos, cuántas en mi corazón?
¿Qué
es eso que persigue salírseme de cauce?
¿Cuántos
conatos se marchitarán en mí?
¿Cuándo
dejarán de aparecérseme esos fantasmas?
¿Cómo
se esculpió el rostro de mi voz?
¿A
dónde se dirigen esos pasos que me llevan?
¿Cuánta
agua corre en mí, cuánta se estanca?
¿Qué
clase de morada soy que aloja canallas y santos?
¿Qué
tanto seré mañana quien soy hoy?
¿Qué
soy ese aliento que escribe estas líneas?
Son
esas rolas
Son esas rolas,
las que escuchas,
y escuchas,
una, y otra vez,
inagotables,
que te hacen suspirar
como nada en el mundo,
y te resucitan,
siempre,
porque te conectan,
siempre,
con ese absoluto,
el que habías perdido,
cuando hicieron añicos tu fe.
¿Lázaro
o zombi?
Dime si sientes,
al terminar de leer
esos
textos prodigiosos,
que algo muerto en ti,
resucitó.
Si no fue así,
asúmete:
eres un zombi.
Otro
No soy de esos
que aman locamente
sólo una vez.
Eros
contra Tanatos
Sí, claro, el trance lúbrico,
los anhelados espasmos…
aunque, más fuerte,
el frenético escape,
el galope de siempre,
para que no me alcance,
la muerte.
Aparición
Esa noche
te vi,
por
primera vez.
Sagrada epifanía
de mi culto a ti.
Desde entonces
lo mejor que he sido
ha sido por ti.
Covid
Bruma
Zumbidos
Destellos
Aliento minúsculo
Trailer del más allá.
Erotismo
ecologista
Hermosa muchacha ecologista:
tengo el color de tus convicciones.
Inscríbeme en tu lista, a mí,
que adoro tu cuerpo y tus facciones.
Nota en mis ansias el follaje,
el pigmento de tu ideología.
Soy alguien que, al desearte,
nada pierde.
¿Acaso no adviertes que,
quien te habla,
es un vehemente
viejo
rabo verde?
Destino
El senderismo de mis ojos
siempre buscará lo que perdí,
lo que apenas tuve.
Pero la brújula de mi corazón
siempre apunto hacia ti,
aun cuando, ciega,
le zafaban su manecilla
mis hormonas ebrias.
Junior
lumpen feliz
Los demás ven tu vida estancada
(como un excusado a medio descargar)
y el charco de tus rencores
y de tus proyectos fallidos enlamados.
Sobreviviendo,
con el módico suero regular
de cuanta sustancia perpetúe
el anestesiamiento de tus fantasmas.
Mientras,
tan campante,
te la pasas bomba,
en tu mullida existencia,
sin más sobresaltos
que el que te produce un congestionamiento
vial
o que tu coche no prende
porque dejaste encendidas las luces.
Aliento
Poético
De repente,
me dan unas ganas enormes
de escribir poesía.
Y esa sed,
es como una ventisca,
que remueve y levanta en mí,
como hojarasca,
recuerdos,
amores,
pesares,
ganas fósiles.
In memoriam
En el silencio fósil
del fondo de la añoranza,
como barcos hundidos,
yacen las ruinas
de aquellas que quisimos
en su momento,
y que se desdibujaron
hace tanto,
tanto tiempo.
Reaparición
Volviste
repentinamente,
fugaz.
Ya no me encontré en tus ojos.
Mi piel olvidó casi todo.
Y te fuiste otra vez
siendo jirones,
revoloteando,
lentos,
en un viento que se aleja.
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