Tres microrrelatos

Mimoventrílocuo Su show era extraordinario, y sólo lo apreciaba su público de sordomudos alfabetizados en el lenguaje de señas, ya que, telepáticamente, orquestaba los gestos y ademanes de cualquier persona del público, quienes, con distintas “voces” corporales, contaban historias divertidas. Voyeurismo vegano Se metió a trabajar en un restaurante vegetariano para espiar en la cocina como los pinches y los chefs les quitaban las cáscaras a las frutas y desnudaban mazorcas. El equilibrista increíble Le dijo su caza talentos al dueño del circo que había descubierto a un equilibrista increíble. “¿Qué hace?”, preguntó. “Camina a treinta metros de altura, y usa barra estabilizadora porque la usaban todos los equilibristas a quienes admira, a manera de rendirles homenaje, pero no la necesita”. “Eso lo hacen todos los equilibristas, incluyendo al que tenemos”, reparó el dueño. “Este no usa red protectora”, añadió. “El nuestro tampoco la usa”, contestó molesto el mandamás. Fue entonces que el caza talento, victorioso, reveló que el equilibrista que había descubierto no usaba alambre para desplazarse.