domingo, 27 de marzo de 2022

Dos minirrelatos

Autocuración, no vocación Se conviertió en una superestrella del Tai Chi, en el cimero coreógrafo del teatro Kabuki, y en el coach más completo de pantomima, todo ello por su extensa gama de registros corporales, tan original. Cuando lo entrevistaron para indagar sobre los orígenes de su vocación y el despegue de su talento, y le preguntaron cuál era su secreto, respondió con esta inesperada confesión: “Falta de potasio. Eso me provocaba calambres múltiples simultáneos, lo cual me obligó a generar posturas corporales inverosímiles para controlarlos, mismas que aprendí, sistematice, y ahora vivo de eso. Bauticé a mi método como manejo del trance calámbrico, y mi técnica de enseñanza no tiene más secreto que el recomendar no comer plátano, ni jitomate, vomitar, comer comida callejera sucia que cauce diarrea y, con todo ello, alcanzar una sublime hipopotasemia o déficit de potasio, en una primera etapa, y en una segunda, aprender contrarreloj y con dolor, posturas que contengan los calambres inducidos en la primera fase. No sé qué hayan hecho otros taichiístas y kabukistas, pero para mí, la inspiración en este campo es otro nombre de la descompensación electrolítica. Mi arte no tiene un origen vocacional sino autocuracional”. Androginia narcisista revelada Un hombre se empeño en hallar a su pareja perfecta, una mujer con las cualidades exactas de su gusto. Descarto varias opciones y cuando se le agotaron, se inscribió en Tinder y describió su perfil ideal de pareja. Tiempo después, recibió un mensaje de la aplicación en el que le decían que no habían hallado ninguna mujer que cubriera tan exigentes cualidades, pero que sí las tenía un hombre, y le preguntaron que sí quería contactarlo. Al principio, se resistió por su homofobia, pero le ganó la curiosidad de ver en un hombre lo que esperaba de una mujer, y accedió a ese perfil, viendo con sorpresa que era él.

Cuatro microrrelatos

Ontología del Todo Cuando la Nada se serifica poco a poco y se está convirtiendo en Ser, toma un tónico de sangre de ave Fénix y se deserifica, nadificándose de nuevo. Y lo mismo hace el Ser cuando se empieza a nadificar, para serificarse de nuevo. Y así trnascurre la vida del Todo. La bestia ortografiáfaga Siempre discreta y medida, su comportamiento en los eventos redaccionales suscitaba aprobación por su oportuna corrección. Vivía una vida devota de la teología caligráfica. Pero un día, aconteció la tragedia. En la RAE, donde habitaba, fue atacada por una bestia que se le abalanzó, mutilándola de una tarascada. Cuando volvió en sí, en una nueva edición del Diccionario, la diéresis era sólo un punto. Filosofías oníricas Cuando los teóricos dejaban de jugar con ellos, los sueños cavilaban y debatían entre ellos sobre quiénes eran, de donde venían, y a dónde iban. Algunos sueños optimistas decían que su destino era realizarse como deseos cumplidos. Por el contrario, otros sueños pesimistas sostenían que su destino era convertir los miedos en experiencias espeluznantes. Mientras, los demás sueños, más sabios, se abandonaban al flujo de conciencia, dejándose llevar por la deriva a cualquier rumbo donde los dirigiera el cuerpo que habitaban cuando éste descansaba de la vigilia. Extrañísimo hipernano ente Había una vez una partícula pequeñisisisisisisísima, que vivía en un espacio físico un poquitito más grande. Su idiosincrasia cuántica la hacía ir disminuyendo de tamaño a medida que crecía. Sólo una vez se dejó ver, un jueves por la mañana, y nunca más se volvió a saber de ella.

Poesía 2023 4ta y última parte

  In memoriam   En el silencio fósil del fondo de la añoranza, como barcos hundidos, yacen aquellos que quisimos fugazmente, d...