miércoles, 27 de julio de 2022

Karma de lector

Dice Montaigne que el hombre se reduce a medida que acumula en su interior verdades que no respeta o voces que no sigue. La ilusión de sabiduría que tiene lugar cuando leemos a alguien y aceptamos sus asertos, la pagamos con la responsabilidad de acatar como cánones de pensamiento o de acto tales luces ante las cuales se inclina nuestra razón. Si fallamos, somos perseguidos por fantasmas interiores que nos espetan nuestras omisiones y nos orillan a desear no habernos enterado nunca. O a fingir que para cumplir basta invocar y repetir tales verdades, para conjurarlas, como si el acto de pronunciarlas fuera el acto de obedecerlas y ponernos al ras de ellas. Es por eso que la erudición exige la humildad de reconocer que de mucho de lo que portamos, de esa electricidad cultural, apenas somos cable.

domingo, 17 de julio de 2022

Amor de antes

Amor de antes Cuando pienso en la rapidez y en la cantidad con que se dan las relaciones entre los jóvenes de ahora, me acuerdo cuando mi padre me platicó que, en su tiempo, cortejar a una muchacha era una aventura incierta y lenta. Que él veía varias veces a alguien que le gustaba antes de hablarle, y se imaginaba como era, y la vestía de cielo, y se embobaba con esa historia que se había formado en la cabeza. También me dijo que, aunque esas muchachas lo decepcionaran al conocerlas, de todas maneras, el haberles puesto todas esas cualidades que no tenían, y esas esperas antes de hablarles y saber más de ellas, le afinaron el gusto y lo hicieron consciente de la mujer que realmente quería para él. Fue por eso que se casó con mi madre, el amor de su vida.

viernes, 15 de julio de 2022

Villaurrutiana (casi)

Villaurrutiana (casi) De lo que he sido, en lo que he sido, he enloquecido. Es lo que he sido: enloquecido.

viernes, 8 de julio de 2022

Visión telescópica sorpresa

Visión telescópica sorpresa Era el telescopio más potente y versátil jamás construido. Aumentaba hasta en 50,000 veces la capacidad de observación existente. Poseía un zoom tan preciso que podía enfocar una piedra del tamaño de un cráneo humano a miles de años luz de distancia. Y así fue que, debido a que el espacio se curva, como bien descubrió Einstein, debido a las poderosísimas fuerzas gravitatorias del Cosmos, en una de tantas observaciones, ese astrónomo vio un objeto peludo del tamaño de un melón, que se le hizo conocido. Extrañado, se llevó una mano a la nuca y menuda sorpresa experimentó cuando se dio cuenta de que ese objeto que veía era eclipsado por el dorso de una mano: ¡la suya!

Poesía 2023 4ta y última parte

  In memoriam   En el silencio fósil del fondo de la añoranza, como barcos hundidos, yacen aquellos que quisimos fugazmente, d...