miércoles, 27 de julio de 2022

Karma de lector

Dice Montaigne que el hombre se reduce a medida que acumula en su interior verdades que no respeta o voces que no sigue. La ilusión de sabiduría que tiene lugar cuando leemos a alguien y aceptamos sus asertos, la pagamos con la responsabilidad de acatar como cánones de pensamiento o de acto tales luces ante las cuales se inclina nuestra razón. Si fallamos, somos perseguidos por fantasmas interiores que nos espetan nuestras omisiones y nos orillan a desear no habernos enterado nunca. O a fingir que para cumplir basta invocar y repetir tales verdades, para conjurarlas, como si el acto de pronunciarlas fuera el acto de obedecerlas y ponernos al ras de ellas. Es por eso que la erudición exige la humildad de reconocer que de mucho de lo que portamos, de esa electricidad cultural, apenas somos cable.

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