El último emoticón
Apareció una horrible carita
amenazante en todos los canales oficiales prensa televisión radio internet y
redes sociales, anunciando un apocalipsis comunicativo.
Nunca ese gobernante fue cruel,
hasta que promulgó esa draconiana ley que prohibía bajo pena de muerte el uso
de chips y emoticones en las redes sociales
Hubo motines incendios y
violentas protestas con lemas como “¡queremos seguir chateando usando nomás
nuestra médula espinal!”, y “¡Mueran las palabras, vivan las imágenes!”.
Pero ese inclemente gobernante no
cedió. Años después de su muerte le erigieron una estatua por haber sido el
gran restaurador cognitivo del país