jueves, 28 de diciembre de 2023

Poesía 2023 3era parte

 

Correr el campo

 

Tienes seis años.

Te veo correr el campo,

inmerso en el lance,

con dos amigos.

Tu sonrisa encendida

por la fricción de la alegría

con la honda convicción

de ser la velocidad

en el intenso jadeo

de la breve eternidad

de esa fugaz plenitud

que consagraba tu infancia.


 

Poemínimo # 65

 

Ojalá que tus medidas

para mí, nunca se midan,

y se ofrezcan desmedidas.


 

Poemínimo # 25

 

Me moriré en la raya.

Más precisamente:

en la raya de tus nalgas.


 

Vengo a decirles…

 

Yo vengo a decirles

que se embriaguen de saber,

de conocer lo que ignoran,

que enterarse los conmoverá.

Vengo a decirles

que sus pasiones atomizadas

 pueden confluir

en lo que más importa.

Vengo a decirles

que el decirles

es más importante que lo que se dice,

para que se atrevan a decir.

Porque hablar redime

de la esclavitud de un silencio

que subyuga aquello

que más hondamente sienten,

lo que más profundamente

aguarda ser dicho:

lo que son.


 

 

Canto a Mímismo

 

Mímismo: te voy a cantar.

Como no sé qué mereces,

serán loas al tanteo.

A’í va la primera (tú me dices):

“¡Oh, Mímismo, Mímismo!

(Creo que es buen inicio)

¿Qué pesares has remontado?

¿Cuántos enemigos has superado?

(como no te conozco tan bien, te pregunto)

Quizá sabes cómo masca la iguana

y sueñas inefables a punto de ser dichos…

¿Quién eres, Mímismo?

¿Cómo es que irrumpiste en el papel?”

Bueno, no me inspiraste más que esto:

¡Adiós, Mímismo!

Haikú a Nadia Comaneci

 

Sólo tú, Nadia

fuiste ese milagro

irrepetible.


 

Microcosmogonía de mis ayeres

 

Nací en el Big Bang

 de los sesentas.

Todavía hoy

sus pulsaciones

circundan mi cráneo.

Son el adn de mis gustos

y de mis ideas.

Fue mi despertar

en una riqueza

que aún arde.


 

¿Qué no te he dicho?

 

Si te fijaras

en cómo

si tasaras

 el cuánto

 te miro

sabrías tanto

que te he dicho.

Y si hicieras el recuento

de las dudas que tienes

sobre lo que no te he dicho

descubrirías

que desde hace mucho,

no sé cuantas veces,

te dije bastante,

lo suficiente para entretenerte

tachando mucho

de lo que inventariaste

como mi deuda contigo

de decirte.


 

Cyborgs terminators

 

Serán (¿son ya?)

más y mejores,

los más allá de nosotros.

Golems mestizos

de carne y chip.

Frutos de codicia fáustica

desenfrenada genealogía contrarreloj

amnesia de su estirpe.

Pronto

sus reencarnaciones mejoradas

serán nuestra extinción.

 


 

Onco selfie haikú

 

En esa placa

imagenológica

posa el cáncer.

 


 

La poesía

 

Es la poesía

autopsia de lo inefable

dialecto del silencio

pliegues de luz.


 

El ánima de las cosas

 

Sé del masoquismo

 de la pluma

y de la hipocresía

 de algunos libros.

Padezco la perversión

 de la azúcar.

Me conmueve la nobleza

 del pan.

Respeto la severidad

 de los relojes,

 la lealtad de la tinta.

No es esquizofrenia:

es empatía zen.

 


 

Ganas de escribir

 

Sentir como un mareo,

conatos de escribir rayos

y no palabras bien portadas

(para que digan que qué bonitoooo),

sino palabras babeantes,

O palabras para untar mujeres

y treparlas a mi aullido,

a mi terciopelo.

Escribir la vida flamígera,

la de las verdades que tatúan,

tan siquiera para olvidar

al menos un poco

las tantas infamias

que no podemos matar.

 


 

Miaukú

 

Los gatos saben

tantísimos misterios

pero los callan…

 


 

Jardín Zen

 

Paisaje estupefacto

Vértigo bruscamente detenido

Cercanísima lejanía

Magma suspendido

Silencio grandilocuente

Epifanía en el alambre

Trascendencia congelada

Vacío por fuera,

pleno por dentro

Sonido inaudible

Lienzo de aforismos mudos

Flujo que recorre

una invisible cinta de Moebius

Intuición atrapada

Eterna efimeridad


 

Aliento

 

Hoy

hasta los silencios se desgañitan

y no hay virgen sin padrote.

Los añicos de las buenas intenciones

se retuercen

o son cínicas baratijas.

Aun así

hay susurros

renegados del desencanto

y el sismógrafo de la esperanza

detecta latidos.


 

Haikú # 97

 

Ama el lago

la ansiada orilla

con tiernas ondas


 

Villaurrutiana (casi)

 

De lo que he sido,

en lo que he sido,

he enloquecido.

Es lo que he sido:

enloquecido.

 

 


 

Free poetry #1

 

Escribir sobre horizontes inefables

que lloran su destino.

No hay el consuelo de una lógica.

Trance inmisericorde

huérfano de vínculos.

La vida

lentamente

se tiñe de ira

y se repliega.

Y, ¡ay!, 

hay eso

que todos saben

pero nadie dice.

Un silencio

inaugura la reflexión

sobre remotos pesares

que resucitan

al ritmo de una música

que no quiere saber nada de nosotros.


 

Tantas veces en el ISSSTE

 

No tienen otra.

Rostros hundidos

nimbados de desilusión

pírricas máscaras

sobrevivientes de tantas infamias

aunque con la tozudez del salmón.

Los cuerpos

dóciles

ahí

derritiéndose

esperando la limosna

(que les cumplan su cita)

dispuestos

otra vez

a humillarse

a saciar el desprecio

la molestia que causan

a quienes odian atenderlos.


 

Haikú

La rosa sabe

que cuando se le mira

es más bonita.


 

Haikú a López Velarde

 

Genio demiurgo

del alma de la Patria

hecha palabras.


Aquel niño

 

Un niño en la calle

inmerso en sí,

negocia con sus precoces demonios

mientras sus gestos

delatan sus íntimos trances.

De pronto

un testigo inesperado:

una muchacha que vio todo,

se le aparece.

El niño la mira (la admira),

y por primera vez

sabe que una mujer inesperada,

(¡tan soñada…!)

será

muchas veces,

la salida

de la inadvertida cárcel de uno mismo,

la momentánea disolvencia

de tantos coágulos de vida.


 

Deseo cometa

 

El deseo es un cometa.

Para que sea cometa

se necesita que cometa

la falta,

el volver a encandilarnos,

de arrebatarnos a cualquier empeño,

cada vez,

durante mucho tiempo.

Algunas veces,

siempre aparece tenue,

una brisa en lontananza,

como una tonada predilecta,

que invade poco a poco,

todo lo que somos,

y lo que pensamos ser,

hasta que somos él.

Y así siempre,

La misma historia.

Vuelve,

Siempre vuelve.


 

Aliento poético

 

Surge de repente.

Es una ventisca in crescendo

que remueve y levanta en mí,

como hojarasca,

recuerdos,

amores,

pesares,

ganas fósiles.


 

Revelación

 

Apareces.

Te descubro.

Eres hermosa,

tan delicada.

Tu piel es una promesa.

Miras y hechizas.

No puedo creer

que seas tan perfecta.

Subyugado, le digo

“¿Quién eres?”.

Ella responde:

“Soy el espejo de tus deseos”.


 

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